lunes, 26 de abril de 2010

Yo no recibo cartas, ni siquiera citaciones judiciales

Que rabia da que toda tu familia reciba cartas, y tu no.

Y mas rabia da ser uno mismo el que recoge, cada día, las cartas de todos. Y que se te caigan al suelo y al recogerlas, volver a ver que no son para ti.

Facturas de La Caixa y el Banco Santander, una carta del seguro, las novedades de la parafarmacia, Hacienda (somos todos),  el club deportivo de mi hermana, la felicitación de Navidad que se extravió en enero y llega en julio, la revista de Intermón a nombre de mi madre, la postal del cerdo guapo de tu familiar, que como tiene dinero, se ha ido de vacaciones a las Islas Krakatoa...


Ni siquiera van dirigidas a mi aquellas cartas blancas, sin ningún logotipo ni distinción, en las que pone: "Al Presidente de la Comunidad". Pero prometo que llegará el día en que sea Excelentísimo Muy Honorable Don Presidente de la Comunidad de Vecinos, y pueda abrir esas cartas delante de todos los inquilinos de mi escalera para darles envidia, pues yo, solo yo, tendré poder y talante para hacerlo.

Así que reclamo, por favor, a todos aquellos que tengáis mi dirección... que me mandéis cartas. Me hará más ilusión que un mail... Y os estaré infinitamente agradecido.
Me brillarán los ojos cuando abra el buzón y vea mi nombre en el sobre... Y entonces podré sentir la misma alegría que sentía Harry Potter cuando le llovían miles de cartas del techo...

Gracias.


Regandolasflores



PD: Algún día comentaré la miseria que viven y el futuro que depara a los abrecartas, esa admirable especie en peligro de extinción (por culpa del correo mail, claro está).

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